Juanga, el Conquistador Domesticado
Un hombre de gran atractivo y éxito personal, conocido por sus conquistas amorosas, se ve atormentado por pesadillas recurrentes relacionadas con sus antiguas amantes que buscan venganza. A pesar de sus intentos por cambiar y formar una familia, el pasado lo persigue constantemente. Sin embargo, el amor inesperado de una mujer lo ayuda a enfrentar sus miedos y a construir una nueva vida.
Su vida dio un giro inesperado cuando se enamoró perdidamente de su mejor amiga, "La Potra". Una mujer astuta y vengativa que había sido víctima de sus conquistas. A pesar de su pasado, Juanga decidió cambiar y formar una familia con ella. El matrimonio fue una farsa, una treta para que "La Potra" pudiera vengarse de él y de todos los hombres que había herido.
Cada noche, sin falta, Juanga era arrastrado a un abismo de pesadillas. Un escenario recurrente lo atormentaba, una cena en un restaurante elegante que se convertía en una trampa mortal. Sus antiguos amores, con sus miradas venenosas y sus sonrisas siniestras, lo aguardaban, preparadas para cobrarle todas las deudas pendientes:
-"Siempre es lo mismo. La pesadilla me atrapa en un bucle interminable, una y otra vez. Me veo a mí mismo, joven y arrogante, en la cúspide de mi éxito. La vida me sonríe, las mujeres me adoran. Pero hay dos en particular que no soportan mi triunfo; ellas (dos de mis antiguas amantes), aquellas a las que dejé con promesas incumplidas y corazones rotos, han fundido un plan macabro. Una cena en un lugar elegante, un escenario perfecto para mi caída. Me imagino el restaurante, con sus luces tenues y su música suave, creando una atmósfera de falsa tranquilidad. La mesa está preparada para tres, pero sé que hay algo más allá de la comida y el vino. Siento la tensión en el ambiente, como una corriente eléctrica que recorre mis venas.
A medida que me acerco a la mesa, una sonrisa maliciosa se dibuja en los labios de mis ex amantes. Sus ojos brillan con un odio que me llega hasta los huesos. Siento cómo la ira se acumula en el aire, palpable y amenazadora. Y entonces, lo veo. En el centro de la mesa, un objeto brillante, un cuchillo, quizá. O algo peor. El miedo me paraliza. Trato de gritar, de moverme, pero estoy atrapado en esta pesadilla. Intento escapar, pero las puertas están cerradas. Estoy solo, indefenso, a merced de sus planes. Y justo cuando creo que no puedo soportar más, la puerta se abre de golpe. Es ella, "La Potra". Mi salvadora...
La veo entrar con una determinación que me asombra. Se interpone entre mí y mis enemigas, con su mirada desafiante. Siento una ola de alivio inundarme. Ella siempre me ha protegido, incluso en mis peores pesadillas. Las palabras se pierden en mi garganta, pero en sus ojos veo la promesa de seguridad. Sin embargo, antes de que pueda reaccionar, la pesadilla da un giro inesperado. "La Potra" se vuelve contra mí. Su rostro se contorsiona en una mueca de odio. Ya no es mi salvadora, sino mi verdugo. Siento cómo el miedo se apodera de mí nuevamente, más intenso que antes. Y es entonces cuando despierto, sobresaltado, el corazón latiéndome a mil por hora. La oscuridad de mi habitación me envuelve y me ofrece un refugio temporal. Pero sé que esta pesadilla volverá, una y otra vez, hasta que encuentre la paz que anhelo."
Con el tiempo, Juanga se convirtió en padre de numerosos hijos, producto de sus numerosas aventuras. A pesar de su pasado, desarrolló un profundo apego por sus pequeños y decidió criarlos a todos juntos en una gran mansión. Su amor por los niños era tan grande que eclipsó su antigua vida de conquistas.
Sin embargo, "La Potra" no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad de vengarse. En secreto, contrató a sicarios para que eliminaran a El Juanga. Pero en lugar de eso, los sicarios se sentían atraídos por su bondad y su amor por los niños. Uno de ellos, una mujer endurecida por la vida, decidió proteger a Juanga y a sus hijos.
La mujer, a quien llamaremos Karmiña, se convirtió en la figura materna que los niños tanto necesitaban. Con el tiempo, se enamoró de El Juanga y juntos construyeron una nueva familia. A pesar de la amenaza constante de "La Potra", lograron vivir en paz.
"La Potra", al ver que su plan había fallado, se volvió cada vez más obsesionada con destruir al Juanga. Su odio la consumía por completo y la llevó a cometer actos cada vez más despiadados. Sin embargo, El Juanga y Kamiña se mantuvieron unidos, enfrentando cada desafío juntos.
La historia de El Juanga se convirtió en una leyenda. Un hombre que había sido un conquistador despiadado, se había transformado en un padre amoroso y un protector de los débiles. Su legado viviría por siempre en los corazones de sus hijos y en todos aquellos a quienes había ayudado.
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