La Soya

Desde la antigüedad es  la soya la base principal  de  la  alimentación natural   de los pueblos del lejano oriente (Asia Occidental), ésta contiene: 30% de albumina, 17% de grasa, 28% de hidrato carbónico mucho de la vitamina B y de 1.5% hasta 2.2% de lecitina; es  de resaltar   que se trata de albumina natural   con su valor completo   que   no produce ácido úrico como las albúminas animales; posee también  hidratos   carbónicos   completamente   buenos,   consistentes especialmente de dextrina, glucosa y azúcar de caña.

No solamente esta contenida en la soya abundante vitamina B sino también otras clases como lo son la vitamina A y D además de substancias minerales tales como: magnesio cal y fósforo; para los nervios gastados es la soya un alimento recomendable, especialmente por su gran contenido en lecitina una mezcla de glicerina, ácidos cebásicos, ácidos fosfóricos y aminoácidos esenciales; sustancias que son de gran importancia en la verdadera función del cerebro y el hígado. Por su contenido gran contenido en isoflavonas se han presentado evidencias de que la soya juega un rol beneficioso en el control de la obesidad y la diabetes; estudios de intervención nutricional realizados en animales y en humanos sugieren que la ingesta de proteínas de soya asociada con isoflavonas, mejora el control de la glucosa (reduciendo la insulina en suero) y la resistencia a la insulina. Parece que las isoflavonas actúan a través de varios mecanismos que modulan la secreción de insulina pancreática o a través de acciones antioxidantes. La proteína de soya también aparece como moduladora de la hiperglicemia y reduce el peso corporal, la hiperlipemia y la hiperinsulinemia, manteniendo efectos beneficiosos sobre la obesidad y la diabetes.

Puede decirse entonces que es un producto milagroso puesto que la industria mundial sabe hacer de la soya gran cantidad de productos diferentes tales como: aceites, glicerina, resina y pinturas; además de los muchos elementos importantes que la industria textil extrae de este producto. Es por esto que podemos aconsejar a los gobiernos de todos los países su cultivo, pues de ella se obtendrá para el país dos grandes ventajas: Una saludable y nutritiva alimentación para su pueblo y el aumento de su industria. En todo caso la siembra de la soya será verá recompensada ya que es una de las plantas que no esteriliza de ningún modo la tierra, sino al contrario la enriquece con nitrógeno.